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Josep Salvatella

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La nueva infraestructura del trabajo digital: los agentes de IA

La inteligencia artificial entra en una nueva etapa, impulsada por una velocidad inaudita de adopción de la IA agentiva.

Tras la revolución de la IA generativa —que nos permitió conversar, crear y automatizar mediante el lenguaje— llega una segunda ola en la que los modelos ya no solo responden, sino que perciben, razonan, deciden y actúan. Son capaces de ejecutar tareas complejas, colaborar con otros agentes y tomar decisiones en contextos específicos.

En este nuevo escenario, debemos plantearnos qué harán los agentes para nuestras empresas y para nosotros como profesionales.

Los agentes de IA no sustituyen a las personas, sino que las amplifican. Actúan como colaboradores digitales capaces de asumir tareas repetitivas, analíticas o de coordinación, mientras las personas mantienen el juicio, la creatividad y la responsabilidad. Funcionan dentro de modelos human in the loop, donde la supervisión y el aprendizaje conjunto aseguran resultados fiables y éticos.

Su valor no reside en la autonomía total, sino en la simbiosis entre la inteligencia humana y la capacidad algorítmica: una nueva forma de trabajar en la que la tecnología aprende de las personas y las personas se expanden a través de la tecnología.

No es extraño, pues, que en el informe AI Agent Bible 2025, CB Insights califique esta evolución como una nueva infraestructura del trabajo digital. Y no es una exageración: los agentes de IA dejan de ser una herramienta para convertirse en una nueva capa de productividad e inteligencia operativa dentro de las organizaciones.

 

1. MERCADO

El ecosistema de la IA agentiva ha dejado atrás la experimentación para consolidarse como un nuevo mercado tecnológico y empresarial con dinámicas propias. Las empresas ya no experimentan: invierten, integran y compiten por dominar esta nueva capa tecnológica. Startups y grandes plataformas configuran un ecosistema dinámico y en consolidación, donde la innovación, la inversión y la colaboración redefinen el mapa del trabajo digital.

 

1.1. En expansión

En apenas un año, más de 500 startups y cerca de 4.000 millones de dólares en inversión han impulsado un nuevo tejido empresarial centrado en la inteligencia agentiva. Es un ecosistema en crecimiento que no solo automatiza tareas, sino que integra inteligencia operativa en procesos estratégicos y redefine la productividad digital dentro de las organizaciones.

A la vez, los grandes actores —Microsoft, Google, Amazon y Meta— compiten por dominar distintas capas de esta nueva infraestructura: productividad, datos, voz o experiencia de usuario. No es una moda: es una reconfiguración estructural de la cadena de valor tecnológica global.

 

1.2. Olas de M&A y consolidación

El mercado se acelera con más de 35 operaciones corporativas en 2025, lideradas por actores como Moveworks, Weights & Biases u OfferFit. Las grandes plataformas compran velocidad, integración y talento para posicionarse en esta nueva infraestructura agentiva.

 

1.3. Rentabilidad

Los primeros casos de negocio ya son tangibles. Cursor (500 M$ de ingresos recurrentes) o Replit Agents (+150 M$) demuestran que los agentes de IA ya compiten en rentabilidad con el software tradicional. Las aplicaciones con mayor crecimiento se concentran en desarrollo de código, atención al cliente y marketing, donde la productividad se multiplica.

Los procesos del futuro no se diseñan para personas asistidas por máquinas, sino para máquinas que colaboran con personas.

 

2. UNA NUEVA MANERA DE DIGITALIZAR

Esta situación traerá nuevos planteamientos tecnológicos en el mundo empresarial. Empezaremos a ver agentes que sustituyen soluciones tecnológicas tradicionales. En pocos años, ya no será tan relevante qué herramientas usas, sino qué nube de agentes garantiza tu día a día y resuelve tus necesidades.

 

2.1. De copilotos a colaboradores autónomos

La IA evoluciona de la asistencia reactiva a la capacidad de actuar de manera autónoma, asumiendo funciones que hasta ahora considerábamos exclusivas del talento humano. Ejemplos como Devin (Cognition Labs) o Adept ACT-1 muestran cómo los agentes ya pueden planificar, escribir código, analizar mercados o coordinar proyectos con mínima supervisión.

Este cambio tecnológico abre un nuevo marco de colaboración entre personas y sistemas. Las empresas ya no se preguntan qué pueden automatizar, sino qué pueden delegar. Y esta es la diferencia estratégica que desde RocaSalvatella amplificamos: apostamos por una IA supervisada, humana y en aprendizaje constante, que suma capacidades individuales y tecnológicas. Nuestro enfoque sitúa a las personas en el centro, garantizando que cada agente de IA sea una extensión de la inteligencia colectiva de la organización y un catalizador de resultados medibles y sostenibles.

 

2.2. Nacimiento del comercio agentivo

Si el comercio electrónico transformó la distribución, el comercio agentivo transformará la relación entre oferta y demanda. El Agentic Commerce Protocol, impulsado por Stripe y OpenAI, permite que los agentes negocien, compren y paguen en nombre de personas o empresas.

Esto cambia la naturaleza del cliente digital: el próximo consumidor puede ser otro agent. Una disrupción que reconfigurará toda la cadena de valor del comercio electrónico.

 

2.3. La voz como nueva interfaz

La voz se consolida como el principal canal de interacción con los sistemas inteligentes. Tras las adquisiciones de PlayAI y WaveForms AI por parte de Meta, la conversación oral se convierte en el nuevo “clic”.

Hablar con la tecnología será tan natural como escribirle.

 

2.4. Supervisión y confianza

La autonomía conlleva nuevos riesgos y exige confianza. Surgen startups como Cekura, Coval o Larridin, especializadas en observabilidad, gobernanza y seguridad. Sin transparencia ni control, la IA agentiva puede convertirse en un riesgo operativo.

La confianza es hoy el núcleo del diseño agentivo, y aquí aparece una nueva disciplina: AI Operations, orientada a garantizar la fiabilidad y seguridad de los procesos autónomos.

 

3. TECNOLOGÍA

Los agentes de IA no representan el futuro lejano de la tecnología: son la base inmediata del nuevo modelo de trabajo y de innovación. En apenas dos años, han evolucionado del experimento al núcleo operativo de la innovación digital, protagonizando la adopción más rápida jamás registrada en una tecnología empresarial.

Pero la ventaja no está en el modelo, sino en la conexión de agentes diseñados con datos de propósito específico. Las organizaciones que lo consigan serán las que modelarán la nueva economía que los agentes ya están creando.

 

3.1. Las estrategias de los gigantes de la nube

Los grandes actores tecnológicos siguen rutas divergentes:

  • Amazon, con una infraestructura abierta y escalable.
  • Google, con su ecosistema Gemini.
  • Microsoft, con Copilot como capa de productividad.
  • Meta, reforzando la interacción natural mediante la voz y los entornos sociales.

Cada uno busca dominar una parte de la cadena de valor agentiva: datos, plataforma o experiencia de usuario.

 

3.2. La nueva arquitectura tecnológica

Los agentes necesitan una infraestructura propia.

En 2025, más de 130 startups trabajan en sistemas que integran voz, memoria, pagos y seguridad. El futuro pasa por arquitecturas multiagente, donde diversas IAs colaboran, aprenden y se supervisan mutuamente.

 

3.3. La nueva batalla por los data moats

En la era agentiva, la ventaja no reside en el modelo, sino en el contexto de datos que lo alimenta. Empresas como Snowflake apuestan por la apertura y la estandarización, mientras que los grandes players protegen sus data moats —sus “fosos de datos”— como ventaja competitiva.

Los agentes más efectivos serán aquellos alimentados con datos relevantes, fiables y éticos. El reto, sin embargo, no es solo técnico: es estratégico.

Muchas organizaciones entienden la importancia de los agentes, pero aún luchan con la complejidad de la integración, los retos de seguridad y el fenómeno del more bad faster, donde la IA simplemente acelera procesos defectuosos. Aun así, la oportunidad es inmensa para las empresas capaces de gobernar esta transición con criterio y visión de negocio.

 

Competir en la era agentiva

La consolidación de la IA agentiva acelera un cambio estructural que redefine la manera en que las organizaciones se digitalizan, operan y compiten. En un momento de efervescencia del mercado, con modelos que desafían los grandes entornos tradicionales, las empresas deben repensar sus arquitecturas tecnológicas y la relación entre personas, procesos y datos.

La transformación digital entra en una nueva etapa donde la inteligencia agentiva se convierte en una capa esencial de productividad y decisión.

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